DOLOR PÉLVICO
Dolor pélvico crónico es aquel “dolor persistente localizado en la pelvis». El dolor pélvico en la mujer está relacionado con problemas urológicos como dolor en la vejiga; y con problemas ginecológicos como dolor en la menstruación y dolor en la vulva.
Sabemos que el dolor pélvico crónico es una experiencia desagradable, que afecta gravemente la vida de la mujer que lo padece. Además, es un problema bastante frecuente, ya que hasta 3 de cada 10 mujeres experimentarán dolor pélvico crónico a lo largo de su vida.
Asimismo, este dolor también afecta aspectos sexuales, laborales y psicológicos entre otros.
El dolor pélvico crónico es una enfermedad difícil de entender; solo 1 de cada 10 mujeres buscan ayuda médica y desafortunadamente requieren de múltiples visitas médicas para poder tener un diagnóstico adecuado.
DOLOR PÉLVICO: NARRACIÓN DE UN CASO
«Deseo compartirles la experiencia que viví antes y después de ser diagnosticada de cistitis intersticial. Los síntomas comenzaron aproximadamente hace dos años, presentando una especie de dolor/ardor que iniciaba en la vejiga y se extendía en toda la pelvis; sentía una gran urgencia por orinar y si me demoraba para ir al baño este dolor se agudizaba al pasar los segundos, en ocasiones llegue a sudar del dolor y lo único que pasaba por mi mente era salir corriendo al baño». Más….
TRATAMIENTO DE MÍNIMA INVASIÓN
Existen diversos tipos de tratamiento, desde quirúrgicos hasta aquellos de mínima invasión. Uno de los tratamientos del dolor pélvico crónico es la electroestimulación de piso pélvico, que es una terapia efectiva, de consultorio y muy sencilla de aplicar. Además, han aparecido nuevas formas de tratamiento igualmente no invasivas como por ejemplo las ondas de choque.
PRONÓSTICO
El dolor pélvico crónico deberá entenderse de forma adecuada para poder obtener buenos resultados. En ocasiones se requiere la realización de muchos estudios para un adecuado diagnóstico. Desafortunadamente 3 de cada 10 mujeres no responderán adecuadamente al tratamiento.
Sin embargo, lo alentador es que 7 de cada 10 mujeres van a tener una respuesta satisfactoria que les permitirá llevar una vida prácticamente normal.
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INCONTINENCIA URINARIA
Comencé con incontinencia urinaria desde el año 2006. En aquel entonces no le di suficiente importancia porque escuchaba comentarios de mujeres que al igual que yo, padecían de lo mismo.
La pérdida de orina se daba esporádicamente y en poca cantidad, así que llegué a pensar que esto era normal, sobre todo en mujeres como yo, que habían tenido partos por vía vaginal.
Con el paso del tiempo, la incontinencia urinaria se fue incrementando, tanto que alteró mi vida cotidiana. Llegó un momento que ya que con cualquier esfuerzo (toser, estornudar, levantar objetos, correr, reír, etcétera.) se me salía la orina involuntariamente. Además se agregó una constante necesidad de estar yendo a orinar.
¡BUSQUÉ AYUDA!
Yo cuento con el beneficio del IMSS, así que a inicios del 2015 empezó mi peregrinar dentro de esta institución. Acudí con mi médico familiar quien a su vez me derivó a con un especialista, que en este caso fue al servicio de Ginecología.
El Ginecólogo me revisó, me mandó hacer estudios y me diagnosticó “Incontinencia urinaria mixta”, es decir de incontinencia urinaria de esfuerzo y de urgencia. Al principio me mandó tratamiento médico y terapia de ejercicios, sin embargo, esto no dio ningún resultado positivo. Dado esto, me dijo que ya no estaba en sus manos ayudarme a solucionar mi problema y me mandó con el Urólogo.
Me pasé año y medio entre consultas con el urólogo y estudios que me mandaba hacer y en junio del 2016, sorpresivamente, me dio de alta del servicio. Me comentó que todos mis estudios habían salido normales y que la incontinencia urinaria era cosa de la edad. Concluyó diciendo que me tenía que resignar a vivir con este problema el resto de mi vida.
De tal forma, me mandó a casa con un medicamento que debía de tomar de por vida, el cual al poco tiempo dejé, porque no sentía ninguna mejoría y en cambio, me causaba demasiados efectos adversos.
SOLUCIONÉ LA INCONTINENCIA URINARIA
Traté de conformarme a vivir así, pero con el paso del tiempo las molestias, la cantidad de orina que perdía y las infecciones de vías urinarias fueron en aumento.
En el año 2019 le platiqué de mis problemas a un nuevo Ginecólogo y él me comentó que buscara otro tipo de especialista, un Uroginecólogo, así que empezó la tarea de buscarlo por medio de internet. Descubrí al Dr. Rafael Solano quien desde la primera consulta me dio nuevas esperanzas.
En la segunda visita me realizó un estudio de urodinamia con el cual me confirmó que padecía los dos tipos de incontinencia y me comentó que ambas se podían corregir, aunque con diferentes métodos.
La incontinencia urinaria de esfuerzo se corregiría por medio de cirugía (colocando una malla) con la que me podría alcanzar una mejoría del 95%. La incontinencia urinaria de urgencia se trataría por medio medicamentos y rehabilitación de piso pélvico, siendo la expectativa de 75% de mejoría,
Dado que la incontinencia de esfuerzo era la más molesta e incómoda, me decidí primero por la cirugía. La realizó el Dr. Rafael Solano de manera muy profesional, estando siempre al pendiente de que no tuviera molestia alguna y que la recuperación fuera normal.
RESULTADOS
El resultado lo noté casi de inmediato. No puedo describir el cambio que esta cirugía dio a mi vida. Me siento tan rara al no tener que apretar las piernas con cualquier esfuerzo, el no oler a orina, el no estar húmeda, de tal forma que hoy pienso: ¡cómo dejé pasar tanto tiempo! Ahora me siento con ánimo de retomar actividades que ya no realizaba por el problema que tenía.
Posteriormente iniciamos las sesiones de rehabilitación de piso pélvico. Yo ya tenía mucha fe y confianza en el Dr. Rafael Solano para que con este tratamiento me ayudara a solucionar la otra parte de mi problema. Nos llevamos tres meses y en ese periodo de tiempo, mejoré prácticamente 95% de mi problema. Actualmente he resuelto mi problema y el cambio que obtuve en mi calidad de vida fue asombroso. Creo con mucha seguridad que me acerqué a la persona adecuada.
AEVB (56 Años)
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